miércoles, 31 de marzo de 2010

Día 3: 3-1=2






Con el deposito relleno nos encaminamos hacia Sekong, donde no nos quedaremos más que una o dos horas, el tiempo de comer un poco y agenciarse un poco de dinero.

Nuestro destino final era Tad Hua Kong. Otros turistas nos habían hablado del sitio y de una especie de camping donde podríamos pasar la noche. El sitio estaba bien perdido pero al final conseguimos dar con él. Aparcamos las motos en frente del bungalow que nos correspondía y nos vamos a darnos un baño a las cascadas que se encuentran a unos 200 m. Una hora, máximo dos, es el tiempo que nos quedamos en el agua y cual es nuestra sorpresa al volver y descubrir que faltaba una moto. Al principio creíamos que era el dueño del camping que la había movido por algo, pero no, pronto comprendimos que ¡nos la habían robado! Todo parecía un mal sueño. Cle se marcha con el susodicho dueño a hacer una declaración a la policía (la cual quedará muy bien transcrita en un papel de cuaderno de cuadritos seguramente en el fondo de una papelera) y nosotras nos quedamos intentando creernos la historia. Poco a poco hay otros turistas que llegan y contamos la historia una y otra vez. Cada vez damos tanta pena que nos van invitando a una cerveza tras otra, para consolarnos. Y después de contar la historia una 4 ó 5 veces.... ¡la fiesta se desencadena! Sin comerlo ni beberlo (bueno, un poco sí) acabamos formando una discoteca con un equipo musical y unos buffles salidos de ninguna parte. Y después bañito en las cascadas a la luz de la luna. Y el robo se olvida por esa noche...

Avec le depot plein on prend la route vers Sekong, ou on ne restera qu´une ou deux heures,le temps de manger et prendre un peu de sous. Notre destination final: Tad Hua Kong. Des autres touristes nous avaient parlé de l´endroit et d´un camping pour
dormir. C´était tellement perdu qu´on a du mal à le trouver. Mais à la fin on y arrive. On gare les motos en face de notre bungalow et on part prendre une petit bain dans les cascades que se trouvent à 200m. Une heure, deux au max, c´est le temps qu´on reste dans l´eau, et quelle belle sourprise quand, en revenant, on decouvre qu´il nous manque une moto. Au debut on croyais que c´était le patron du camping qui l´avait bougé, mais non, on a vite compris qu´on nous l´avait volé! Tout paraisait un mauvais rêve. Cle part avec le nomé patron faire une declaration à la police (laquelle restera très bien écrite sur un petit papier aux carreaux au fond d´une poubelle)et nous, on reste en essaient de comprendre la histoire. Des autres touristes arrivent peu a peu, et on reconte la même histoire une et autre fois, chaque fois avec autant de peine que chaqu´un veut nous payer une bière pour nous consoler. Et après avoir raconté l´histoire 4 ou 5 fois... fiesta! Sans savoir comment on se trouve dans une boiteau milieu de nul part avec un équipe de musique sorti on ne sait pas d´oú. Petit bain au cascades au claire de la lune. Et le vol est oublié pour cette nuit...